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El pasado 29 de agosto del año 2002, el Instituto Nacional de la Pesca celebró
40 años de servicio público ininterrumpido.
Su origen se encuentra en varias instituciones de
investigación pesquera y piscícola, así como en programas de cooperación
internacional, creándose formalmente como Instituto Nacional de Investigaciones
Biológico Pesqueras el 29 de agosto de l962, para lo cual se contó con el apoyo
tanto del sector social como privado y autoridades gubernamentales. Desde entonces,
funciona como único órgano del Gobierno Mexicano encargado de proporcionar asesoría
científica y tecnológica al desarrollo pesquero y acuícola del país.
En 1971 cambió su nombre a Instituto Nacional de la
Pesca, se reforzaron las actividades de tecnología pesquera, tanto de captura como de
alimentos con apoyo de los gobiernos japonés y alemán, se formalizó la cooperación con
Cuba y otros países del Caribe y se inició la aplicación de modelos matemáticos
aplicados al estudio de los recursos pesqueros.
Las labores de investigación inciden en los recursos
marinos y acuícolas más importantes del país entre los que destacan: crustáceos
(camarones, langostas, jaibas) moluscos (abulones, almejas, caracoles, pulpos y calamares)
pesquerías masivas (sardinas, anchoveta, atunes) y otras como picudos, tiburones, mero,
huachinango, erizo y pepino de mar, entre las más importantes. Mención especial merecen
las acciones en años pasados dedicadas a la investigación y protección de tortugas
marinas, ballena gris, vaquita-totoaba y la relación atún-delfín, estas acciones han
merecido reconocimiento por la comunidad científica internacional.
En la actualidad se tienen la unidad central y catorce Centros
Regionales de Investigación Pesquera (CRIP) que le dan sustento al desarrollo de la
investigación que realiza el Instituto.
Entre estos se encuentra el CRIP de Guaymas, nace con la creación del
Instituto; su historia se remonta al año de 1962, según Fausto Paredes fundador de la
entonces Subestación de Biología Pesquera (SBP) del entonces Instituto Nacional
de Investigaciones Biológico Pesqueras, que se localiza en el lugar que actualmente ocupa
el CRIP -en la avenida 1º y calle 20 de la Colonia La Cantera, en Guaymas:
"
Cuando me contrataron, como al mes llegó una casa
prefabricada que ensamblaron en un terreno ganado al mar, a un lado de La Paloma (Pesquera
Selecta); la casa tenía dos recamaras, un baño, cocina y sala, y hasta estaba equipada
con estufa, refrigerador y muebles. Posteriormente en unos meses llegó a Guaymas un
biólogo procedente de la ciudad de México, era el Biól. Fernando Rosales Juárez quien
fue el primer jefe de la subestación
".
Posteriormente a la llegada del primer director, la subestación
adquiere la categoría de Estación de Biología Pesquera (EBP) y ya para mediados
de 1964 tenía tres importantes proyectos de investigación: 1) el de camarón (proyecto
pionero desde 1962), 2) el de ostión y 3) el de totoaba; el primero conducido por el
Biól. Rosales y por su esposa la Biól. Ma. Concepción Rodríguez de la Cruz, (Conchita)
quien posteriormente a fines de los años 60 ocupaba parte de su tiempo para enseñar
cátedra en la recien creada Escuela de Ciencias Marítimas y Alimentarias del
ITESM. El segundo era coordinado por el finado Miguel Angel Márquez Tiburcio, quien
llegó de su querido Alvarado, Veracrúz para incorporarse al proyecto Ostión quien
estuvo viajando continuamente al poblado Las Guasimas donde tenía su unidad de
investigación. Del tercero se encargó otro biólogo quien fue pionero en los primeros
estudios de la totoaba que, en parte, sustentaron la veda permanente que se decretó para
esta especie en el año de 1975 y que a la fecha sigue vigente.
Posteriormente hacia inicios de los años 70, la Estación cambia su
nombre por el de Centro de Promoción Pesquera (CPP) y poco tiempo después por el
de Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP) mismo que se ha mantenido
desde entonces.
Los directores del CRIP no han sido muchos, sin embargo algunos han
repetido varios periodos a lo largo de los 40 años de existencia del CRIP, así lo
recuerda Fausto Paredes:
"
El primero fue el Biól. Fernando Rosales Juárez,
posteriormente fue el Biól. Oscar Pedrín Osuna quien estuvo al frente hasta la llegada
del Ing. Humberto Pedraza Bush (ya finado). A la salida de Pedraza llegó la M. en C. Ma.
Concepción Rodríguez de la Cruz y posteriormente el Biól. Rosales volvió a ocupar la
dirección. Después los esposos Rosales-Rodríguez se fueron a la Ciudad de México y
terminó una etapa importante en la vida institucional del CRIP
".
Con la llegada del Ing. Hugo
Montiel Amoroso, a mediados de los años 80 se crea una nueva imagen de la institución,
quizás esta etapa es poco perceptible para los nuevos investigadores y técnicos
pesqueros que comenzaban a reclutarse en ese entonces, pero no para los fundadores como
don Fausto Paredes. Entre esos nuevos trabajadores, algunos todavía en el servicio activo
se pueden mencionar a personalidades como el Dr. Miguel Angel Cisneros Mata (actualmente
Director General de Investigación del INP) quien ocupó a su llegada, junto con el Biól.
José Pablo Santos Molina y el Biól. Jaime Estrada el proyecto de sardina y anchoveta,
una pesquería nueva en el Golfo de California que se originó debido al colapso de esta
pesquería en la costa del Pacífico de Baja California. Los barcos cerqueros se
desplazarón a Guaymas procedentes de Ensenada estableciéndose en el puerto entre
mediados y finales de 1975, de esta forma Guaymas se convertía en el principal puerto
sardinero del País.
Tras el periodo de dirección del Ing. Hugo Montiel Amoroso (por casi
10 años), regresa, por un periodo breve, el M. en C. Fernando Rosales Juárez, quien es
relevado en el cargo por el M. en C. Gabriel Iván Rivera Parra, quien después de unos
años, a finales de 1998 es relevado por el Ing. José Raymundo Torres Jiménez.
Del 2000 al 2003 ocupó la dirección el M. en C. Raúl Enrique Molina Ocampo,
y finalmente de abril de 2003 a la fecha quien la ocupa es el M. en C.
Manuel Muñoz Viveros.
Otras figuras importantes en la vida del CRIP permanecen aún en el servicio activo y
en el recuerdo de muchas personas, no podemos omitir a Francisco Juárez Contreras y a
Daniel Molina, dos veteranos, y a los Biólogos Celio Cervantes Valle, Francisco Méndez
Tenorio, Gabriela Montemayor López, así como a nuestros técnicos pesqueros Angel
Godínez Cota, Everardo Miranda Mier y Carlos Alvarado Sarabia, todos ellos que a través
de la historia contemporánea del CRIP le han dado vida y presencia.
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